Pinocho, un niño como todos.
Lisbeth Linares.
Yo pienso que la historia de Pinocho es interesante, ya que en algún momento todos nosotros, como niños, hemos tenido un poquito de él.
Pinocho va de una aventura a otra a través de su curiosidad; siendo esta una de las primeras que lo llevan a su aprendizaje, aún a costa de su propia seguridad y bienestar. El deseo de Pinocho de saber más, suscita el atrevimiento, la audacia y la posibilidad de adentrarse en diversos mundos, de emprender aventuras que podrían conducirle a las desventuras.
Pinocho es de sentimientos nobles y de un gran amor a su familia; sólo que por su inocencia no distinguía el bien del mal y se dejaba guiar por aquellos que decían ser sus amigos y como todo niño despbedecía los consejos de quienes lo querían.
Al igual que este maravilloso cuento, conocí por experiencia ajena a un niño con las mismas características de Pinocho. Un niño muy desobediente que prometía siempre hacer caso y no lo cumplía; le parecía mejor seguir los consejos de sus amigos. Se escapaba de la escuela y hasta llegó a abandonar los estudios, pero era un niño de buen corazón y con un gran amor hacia sus padres a través de los golpes recibidos por la vida, aprendió a valorar los estudios y el trabajo y se hizo un hombre de bien con el transcurrir del tiempo.
En el cuento, Pinocho siempre contó con la paciencia y el amor del Hada y también de su padre Goro; quienes siempre lo ayudaron a ser humilde, respetuoso. A que llegara a ser un muñeco de bien, estudiando y trabajando para lograrlo.
Como madre comparto con el cuento el orgullo de enseñar a mis hijos a volorar los estudios y el trabajo como algo muy importante en sus vidas, como lo hacían el Hada y Goro con Pinocho.
Este maravilloso cuento debe ir pasando de padres a hijos por las grandes enseñanzas que nos deja para entender y guiar mejor a nuestros hijos, orientándolos para formarlos como hombres y mujers de bien.
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