REFLEXIONES DE PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN
Lectura-acción, la funcionalidad áulica
Profesor José Carmen Soto Ramírez
Docente de la Escuela Primaria “MICHOACÁN”
México
Lectura-acción, la funcionalidad áulica
Profesor José Carmen Soto Ramírez
Docente de la Escuela Primaria “MICHOACÁN”
México
“Mediante la lectura nos hacemos contemporáneos de todos los hombres y ciudadanos de todos los países” Antoine Houdar de la Motte
Uno de los principales retos que deben enfrentar los países iberoamericanos respecto de la educación, es el correspondiente a la formación de lectores; toda vez que según encuestasaplicadas y publicadas por especialistas en la materia, elaboradas para conocer el grado de aculturación lectora y, además, conocer los parámetros sobre la cantidad de libros anualmente
leídos por persona, se investigó lo siguiente:
En el caso particular de México, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Lectura realizada a finales de 2005, corresponde la ínfima lectura diferenciada de 2.9 libros por persona; y digo diferenciada porque en el D. F. se leen 5.5 libros, en el noroeste 3.6, en el noreste 2.5, en el centro y sur con 2.6 y, en la zona centro–occidente se leen 2.3 libros al año; mientras que la UNESCO recomienda leer un promedio de 25 libros por persona al año; y en contraste, en Finlandia, Japón, Noruega y Canadá se lee un promedio de 47 libros de literatura universal por habitante.
Continuando con la información en el ámbito internacional y en términos porcentuales de acuerdo al Fondo de Cultura Económica, los argentinos y dominicanos leen más que los mexicanos, quienes emplean su tiempo libre en ver televisión y escuchar música; mientras que el 72 % de los argentinos leyeron un libro el 68 % de los dominicos hicieron lo propio,
y solo el 56 % de los mexicanos realizaron la misma actividad, en Chile 41 % y en Colombia
el 47 %. Mientras que en Europa el 74 % de los alemanes dedica su tiempo a la lectura.
Ante esta situación de falta de lectura en los sujetos, es conveniente y pertinente, que todos
los actores que desempeñan actividades educativas institucionales formalizadas, realicen una
profunda reflexión sobre el papel áulico que desempeñan en el proceso del educar y, para la
formación de lectores permanentes in situ intra y extra institucionalmente. Asimismo, habrá de
corresponder en primera instancia al propio docente, involucrarse en praxis plena, en el papel
protagónico que hemos denominado lectura-acción, como una de las más bellas actividades de
cultivación cultural personológica.
Al respecto, Monsiváis hizo el siguiente comentario sobre el tema en alocución en el marco del
6º. Congreso Nacional de Lectura, dedicado al tema “Lectura para construir nación”, efectuado
en Bogotá, Colombia en abril de 2005:
“Gracias a la lectura, cada persona se multiplica a lo largo del día. El impulso del personaje de
un relato, de una atmósfera literaria, de un poema, renueva y vigoriza las opiniones morales y
políticas, vuelve por una hora un poeta o un narrador al que complementa con imaginación lo
leído, ayuda a situarse ante el horizonte científico o social, vigoriza el sentido idiomático. Así
sea a contracorriente de algunos textos, la lectura es el ingreso a la racionalidad, la fantasía, la
grandeza de los idiomas, el don de extraer universos de la combinación de las palabras. Lo
afirma Borges, que ya lo dijo todo con tal de volvernos su sistema de ecos”: «No vivo para
leer, leo para vivir»
Y aún cuando en muchos de los casos el docente y el discente se desarrollan en el marco de la
contradicción institucional cotidiana, dado que el primero invita al segundo a la práctica de la
lectura, es sabido que aquél, el primero, el docente, invita, motiva y hasta coacciona, para que
sus educandos se inicien en la práctica de la lectura; en contradicción, el docente no pone en
práctica la sugerencia hecha a sus educandos.
Es decir, para congruenciar la discursividad teórica y/o retórica, el docente debe invitar a leer
leyendo, a la lectura-acción, a la apertura de la ventana de la lectura permanente, como
posibilidad genuina de acrecentar el acervo cultural individualizado y/o en colectivo, desde
cualquier ángulo que se quiera ver.
Invitar a leer leyendo y/o a la lectura-acción, conlleva al involucramiento práctico de los tres
grandes actores del proceso educacional: el docente, el educando y los padres de familia,
porque es obligación del docente involucrar en las actividades académicas a los propios padres
de familia, como actores reforzadores del aprendizaje escolarizado-familiar.
Sensibilizar a los padres de familia para que ex profeso, destinen un tiempo específico a la
lectura en el hogar, de textos “al gusto de los hijos-educando y, a manera de mesa redonda,
dar lectura a los temas de interés, y sucesivamente, pasar a la socialización y crítica del
mismo; por citar una estrategia de lectura, tal y como lo hacen en algunos países de
Occidente.
Por consiguiente; una de las metas educativas para el 2021, debe ser el compromiso en la
formación de lectores, de tal manera que el docente debe iniciar a la lectura en términos de
individualidad profesional, porque solo a través del ejemplo se puede lograr en mayor medida,
una repercusión positiva sobre lo que se enseña, la lectura-acción se debe instaurar y
promover a través del ejemplo; es decir, al formar lectores leyendo se practica la lecturaacción.
El hábito por la lectura inicia en educación básica y se fortalece en los niveles educativos
subsecuentes, por tanto, la educación básica debe ser la plataforma para que las nuevas
generaciones de estudiantes, se formen e informen mediante la lectura permanente y,
preferentemente, ésta debe tener relación alguna con los contenidos académicosinstitucionales
(cuentos, leyendas novelas, historietas, poesía, diarios, noticias, etc.)
La lectura como hábito, como práctica cotidiana, como actividad permanente, como relajante
individual, como medio de formación, información y transformación, plantea escenarios de
desarrollo individual y colectivos altamente significativos en el devenir académico y contextual
del educando; además de combatir el analfabetismo funcional en el que se inscribe gran
cantidad de escolares de educación básica.
La lectura como actividad académica-institucional, en el marco del conocimiento de nuestra
realidad, coadyuva a una mejora en el entendimiento y comprensión crítico de la misma;
máxime que hoy en día, se instauran dos formas de leer el mundo: a través del texto impreso
e, indiscutiblemente, mediante las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(Tics).
Fortalecer el hábito de la lectura en educación básica (y en todos los niveles) es fundamental
para desarrollar la comprensión de textos, tener acceso a lecturas de interés acordes a la
edad del estudiante, conlleva despertar la creatividad e imaginación del mismo, por ejemplo:
leer cuentos, leyendas, historietas y fábulas, son de gran interés para los estudiantes en
consideración; lo cual puede concretar un tipo de lectura-acción institucional in situ. Ferreiro y
Stramiello (2008), hacen el siguiente comentario:
El escenario resulta paradójico, dado que en la actualidad se han diversificado casi al infinito
los materiales de lectura y los temas que se tratan, se puede leer de todo y para todos los
gustos, cada uno puede elegir sus lecturas y disfrutarlas. Estas posibilidades del presente nos
permiten ampliar el sentido de la lectura, pero poco significarían si no se seleccionan lecturas
variadas y modos de leer que se caractericen por generar una actividad interior que, en cierto
modo, transforme al lector. (p. 3).
En otro orden de ideas, las bibliotecas escolares juegan un papel determinante en el desarrollo
de actividades que impliquen la lectura-acción, así por ejemplo, el proyecto escolar de lectura
de la Escuela Primaria “MICHOACÁN” ubicada en la ciudad de Morelia, Michoacán, México
denominado: “Vamos a Leer” plantea lo siguiente: “La lectura sirve como desarrollo educativo
y social, otorga instrumentos para la transformación de la realidad, prodiga valores, permite
desarrollarse e impulsar el propio crecimiento” de la persona y/o del educando.
¿Qué decir del docente? éste debe tener presente que se puede leer, interpretar y
reinterpretar el mudo desde varios ángulos, en términos literarios, poéticos, científicos,
filosóficos, históricos, epistemológicos, etc. El leer debe ser considerado como un arte para el
desarrollo de la creatividad y la inteligencia humana. Leer libros, revistas, folletos, anuncios,
historietas, leer en Internet, en celulares, e incluso en películas con traducción, obliga al
espectador al desarrollo de la lectura-acción.
Todo niño que inicia y sabe decodificar símbolos ortográficos, ¡está claro que todo lo escrito en
el contexto le llama poderosamente la atención! de esta forma, el docente debe aprovechar el
potencial lector de todos y cada uno de los alumnos bajo su responsabilidad, en el interés de
fortalecer el gusto, más que el hábito por la lectura.
En términos de recapitulación, se puede decir que, mientras el docente no practique la lectura,
se torna más difícil que sus educandos desarrollen la lectura-acción, se lleva a la praxis
leyendo, e inherente a la misma la comprensión y, de preferencia con visión crítica, por muy
simple que ésta sea; más el involucramiento de los padres de familia, puede desarrollar en el
alumno con mayor significatividad, las competencias lectoras correspondientes.
Es importante que cada institución escolar, desarrolle un proyecto institucional anualizado para
que sus docentes, consideren curricularmente la posibilidad de fortalecer el gusto por la lectura
en educandos y docentes, de acuerdo a las características de la institución. Si bien es cierto
que a nivel nacional (México) se han estructurado discursivamente programas para el
fortalecimiento señalado; por ejemplo el PNL (Programa Nacional de Lectura).
También es cierto que el saber hacer educacional institucional es fundamental en el desarrollo
de actividades lectoras in situ, para crear, promover, fortalecer y continuar en el marco de la
lectura-acción, docente-alumno, como actividad cotidiana, de reflexión y de poder conocer las
múltiples realidades en las que se desarrollan los sujetos.
El PNL integra varios programas de orden curricular cuya finalidad se circunscribe en el marco
del fortalecimiento lector, así, figuras como la de bibliotecas escolares y libros del rincón,
contienen algunos textos acordes a las edades de los educandos de educación básica, para que
se afronte la formación de lectores en praxis institucional; sin embargo, es preciso suscribir
que cada centro escolar es responsable de que se realicen en buen término, estrategias en las
que se involucren a lectura áulica, con vinculación curricular permanente.
El Programa Nacional de Lectura suscribe lo siguiente: “establece como la prioridad del
currículo impulsar la adquisición y el desarrollo pleno de las competencias comunicativas,
hablar, escuchar, leer, escribir y, en particular fortalecer los hábitos y capacidades lectoras de
los alumnos y maestros, mientras que los objetivos son los siguientes:
• Garantizar las condiciones de uso y producción cotidiana de materiales escritos en el
marco de los proyectos de enseñanza y aprendizaje para hacer posible la formación de
lectores y escritores autónomos.
• Conocer y valorar la diversidad étnica, lingüística y cultural de México mediante todos
los componentes del Programa Nacional de Lectura.
• Desarrollar los mecanismos que permitan la identificación, producción, y circulación de
los acervos bibliográficos necesarios para satisfacer las necesidades culturales e
individuales de todos los miembros de las comunidades educativas.
• Consolidar espacios para apoyar la formación y la interacción de los diversos
mediadores del libro y la lectura (maestros, padres, bibliotecarios, promotores
culturales) tanto a nivel estatal, nacional como internacional; entre otros.
Las instituciones educativas, y en particular los docentes deben ser los principales agentes de
cambio en la formación lectora, por consiguiente, es preciso que el docente se convierta en
sujeto lector a través de la lectura-acción; Ferreiro y Stramiello (2008) conceptualizan la
lectura de la siguiente forma:
La lectura es no solo un estímulo para la inteligencia, la sensibilidad y la imaginación, sino que
las promueve simultáneamente y además es un espacio de reflexión ante la multiplicidad
vertiginosa de la in-formación. Ejercitar la posibilidad de alejamiento del texto escrito que
tiene un lector, le permite alcanzar perspectiva, desarrollar una actitud reflexiva y crítica,
meditar y conectar lo que lee con otras ideas. La lectura, así entendida, es una práctica que
refleja un modo de adquirir y de relacionarse con la experiencia de los otros, permite entender
mejor la naturaleza humana en general, ampliando la comprensión que se obtendría si solo se
considerara el espacio vital de cada uno. También da oportunidades para conciliar los valores
de la universalidad y de la individualidad de las personas, favorece la apertura y el
conocimiento del otro. Como acto de comunicación leer es nodalmente construir vínculos en la
mente del lector, vínculos que le permiten construir sentidos e integrar lo nuevo en un
conjunto que le otorga significado. Al mismo tiempo, leer de este modo, facilita que el mundo
subjetivo personal se matice con otras subjetividades, con otros mundos distantes y,
simultáneamente, posibilita diferenciarnos y distinguirnos de ellos. (p. 3).
El docente de educación básica tiene que constituirse en sujeto lector y/o parafraseando a
Ferreiro y Stramiello (2008), debe “construir /se” en sujeto lector, es decir, construirse
asimismo como lector y construir a sus educandos en lectores; es el gran reto que deben
afrontar las instituciones educativas como tales.
Los sujetos educándose deben realizar lo pertinente para conformar la nueva sociedad lectora,
capaz de leer, releer, escribir y comprender la realidad en la que se desarrolla; enseñar a leer
leyendo mediante la lectura acción in situ y, como funcionalidad áulica, puede y debe marcar
la diferencia escolarizada para constituir al sujeto-alumno-docente en verdaderos entes
lectores críticos en un mundo altamente tecnologizado e informado.
Finalmente, la lectura-acción en términos de funcionalidad áulica, debe ser una prioridad del
ahora y, con miras a la consolidación de lectores para el 2021 y, considerar la opinión Lerner,
D. (2001) sobre leer y escribir en la escuela:
“El desafío es formar practicantes de la lectura y la escritura y ya no sólo sujetos que puedan
“descifrar” el sistema de escritura. Eso ya lo he dicho-formar lectores que sabrán elegir el
material escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar y no sólo
alumnos capaces de organizar un texto seleccionado por otro. Es formar seres humanos
críticos, capaces de leer entre líneas y asumir una posición propia frente a la sostenida
explícita o implícitamente por los autores de los textos con los que interactúan en lugar de
persistir en formar individuos dependientes de la letra del texto y de la autoridad de otros”. (p.
40)
Adicionando lo que dijo Gutiérrez, JM. (2001) formamos parte de algo más grande: “mi
familia, la sociedad, mi provincia, mi nación, el mundo, el universo; otra vez, dentro de las
convicciones y creencias de cada quien. Pero es claro que no estamos solos ni aislados, somos
parte de un todo, funcionamos dentro de un todo” (p. 86). De tal forma que para la mejor
comprensión del micro y macro contexto, es indispensable la formación de lectores críticos y
criticables; dado que el sujeto gregario por naturaleza, nunca podrá vivir aislado y por sí solo.
Leer en la escuela, en la familia, en el jardín, en el transporte, en el campo, en la ciudad, con
los amigos, etc. Conlleva la misma finalidad, acrecentar el acervo cultural en los lectores en
acción, es decir, ante el sujeto se despliega una gran gama de escenarios en donde el lector
pueda desarrollar el poder de la lectura, potenciar dicha actividad libresca en los sujetos será
sinónimo de comprensión de la realidad en sus múltiples escenarios.
Formar lectores críticos para el 2021 es el gran reto institucional, si es que deseamos estar a
la altura de las grandes economías mundiales, todas y cada una de las escuelas
iberoamericanas de educación básica, deberán hacer un esfuerzo curricular para fortalecer la
práctica de la lectura y, consolidar la tan enfatizada educación de calidad para todos; ya no
para el cercano 2015, pero si como meta concreta para el 2021.
A manera de colofón y subrayando una de las metas educativas para el 2021, sobre la
educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, en su capítulo 5, hacia donde
queremos ir juntos; recuperar el retraso acumulado en el siglo XXI, respecto de la educación
en todos sus niveles y, el poder y deber enfrentar los retos implicativos en el embrionario siglo
XXI y sus nuevos significados de la cultura en evolución continua. Obviamente, la lecturaacción
debe ser una actividad coadyuvante para tal desiderata social.
De tal forma que todas las instituciones educativas, gobiernos y sociedad Iberoamericana
deben ser sensibles a los rezagos y necesidades en las que se desarrolla nuestra educación, en
el nivel que se le quiera ver; multiplicar esfuerzo y estrategias con transversalidad local,
estatal, nacional e internacional en educación, es el magno reto a lograr para el 2021, incluido
en el mismo la formación de lectores, el cual habrá de ser el parte aguas para la consolidación
de una educación “pública, sostenida e integradora” tal y como se inscribe teóricamente en la
república de Venezuela.
Profesor José Carmen Soto Ramírez
Referencias
- Bucio, E. (2009). Leen dominicanos más que mexicanos. Fondo de Cultura Económica.
Com. Recuperado el día 13 de abril de 2009 de
http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaDetalle.asp?art=24260
- Encuesta Nacional de Lectura. Recuperado el día 8 de Abril de 2009 de
http://www.oei.es/pdfs/encuesta_nacional_lectura_mexico.pdf
- Ferreiro y Stramiello (2008). El docente: el desafío de construir/se en sujeto lector.
Revista Iberoamericana de Educación. Organización de Estados Iberoamericanos, para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Universidad Católica de Argentina.
Recuperado el día 10 de Abril de 2009 de
http://www.rieoei.org/deloslectores/2321Ferreyro.pdf
- Gutiérrez, JM. (2001). Aprendiendo a enseñar y enseñando a aprender. Centro de
Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe
(CREFAL). Pátzcuaro, Michoacán, México.
- Lectura y globalización elogio (innecesario) de los libros. Por Carlos Monsiváis.
Recuperado el día 9 de Abril de 2009 de http://www.revistanumero.com/41/41lect.htm
- Lerner, D. (2001). Leer y escribir en la escuela lo real, lo posible y lo necesario.
Biblioteca para la actualización del maestro. SEP. Fondo de Cultura Económica, México.
D. F.
- Programa Nacional de Lectura para la Educación Básica y Normal. Recuperado el día 01
de Abril de 2009 de
http://lectura.dgme.sep.gob.mx/htmls_frames/fs_documentos4.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario