domingo, 1 de marzo de 2009

Signos de Puntuación

Signos de puntuación. Un ejemplo de ambigüedad producido por la falta de signos de puntuación.

PRIMER EJEMPLO:

Si el hombre supiera realmente el valor que tiene, la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda.

Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer, andaría en cuatro patas en su búsqueda.

SEGUNDO EJEMPLO:

Se cuenta que un señor por ignorancia y malicia dejó al morir el siguiente escrito:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los Jesuitas todo lo dicho es mi deseo Facundo.

Cuando se leyó el documento, las personas aludidas se atribuían la preferencia. Con el fin de resolver las dudas, acordaron que cada uno se llevara el escrito y le colocara la puntuación respectiva.

El sobrino Juan lo presentó de la siguiente forma:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El hermano Luis presentó su reclamo de esta manera:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El sastre justificó su derecho como sigue:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

Los Jesuitas consideraron que el documento debería interpretarse de la siguiente manera:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo. Facundo.

Esta lectura ocasionó grandes escándalos y para poner orden, se acudió a la autoridad. Esta consiguió establecer la calma y después de examinar el escrito, dijo en tono severo:
Señores, aquí se está tratando de cometer un fraude; la herencia pertenece al Estado, según las leyes; así lo prueba esta interpretación:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.
En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda incautada en nombre del Estado, y se da por terminado este asunto.

TERCER EJEMPLO:

Es muy importante saber puntuar correctamente un texto.
Si lo hacemos mal, puede cambiar el sentido del mismo. Veamos unos ejemplos:

César entró sobre la cabeza, llevaba el casco en los pies, las sandalias en la mano, la fiel espada presta para el combate.

Extraña conducta, ¿no es cierto? Pero si puntuamos correctamente leeremos:

César entró, sobre la cabeza llevaba el casco, en los pies las sandalias, en la mano la fiel espada presta para el combate.

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