domingo, 1 de diciembre de 2013

Historia de la literatura infantil.

La Literatura Infantil
Desplazamiento Histórico


La primera forma de la literatura infantil fue oral y anónima a

través del cuento. La palabra cuento se tomó primero con el

sentido numérico de llevar la cuenta, contare o del latín

compuesto – cálculo y de allí pasó a enumerar, hacer la cuenta o

cómputos de hechos, de sucesos: relatar. (Vélez de Piedraíta

1991, p. 24).

Las más lejanas raíces de lo que hoy son los cuentos

tradicionales populares, están en el lejano oriente. Llegaron a

Europa a través de diversos canales. Los cruzados desde la

primera predicada por Urbano II en 1095 hasta la octava de San

Luis Rey de Francia. Los cruzados formaron una red intrincada

de relatos que iban cambiando según el país de origen de

contados.

Las mil y una noches, obra cumbre de la tradición oral

antigua, fue traída a Europa a finales del siglo XVII por Antonio

Gallan y fue escrita desde 1545. Finalmente se hizo para niños el

extracto de los relatos más atractivos del conjunto, despojado de

detalles crueles, pero conservando la trama compleja

característica de los cuentos orientales.

Al respecto “el proceso de difusión de los cuentos de la India

pasando por Persia y Arabia permite que estos lleguen a los

países civilizados de Europa”. (Navas, 1996, p. 268).

Los gitanos y los romanos son considerados como los

grandes difusores del cuento oral.

La narración de cuento considerada como arte se desarrolló

desde la antigüedad. Hay dos puntos geográficos en los que esta

actividad cobra una extraordinaria importancia: en Eolia, donde

surge el juglar y en los países escandinavos, donde surgen los

escaldos. Los juglares y escaldos se dedicaron a cantar baladas

y epopeyas.

A finales del siglo XVII no se hablaba aún de la literatura

infantil. A pesar de los avances de la psicología, la filosofía, la

filología y otras ciencias, el niño no era visto como un ser

humano específico. El libro para niños no era motivo de

investigación.

Navas (1996, p. 33) señala que “la literatura que estaba en

contacto con los niños era la literatura del pueblo, tradiciones,

leyendas, mitos, cuentos de aparecidos y espantos”.

Algunos escritores franceses de este mismo siglo escribieron

para niños, motivados especialmente por una preocupación

didáctica, por ejemplo, La Fontaine escribía para sus alumnos,

los niños de la corte francesa. En el mencionado siglo se

señalará la obra representativa de La Fontaine y Charles

Perrault.

La Fontaine (1611-1695) se inició en la práctica de la

literatura infantil como fabulista, luego hizo suyo un estilo que

hace de sus fábulas mayor creación de lo narrativo.

Los niños franceses aprenden a recitar con versos de La

Fontaine. Es visto como el mejor poeta francés del

neoclasicismo.

Sin embargo los temas de La Fontaine en Esopo y de Fedro:

“la dama que quería ser tan grande como un buey” y se hincha

hasta reventar. “La paloma y la hormiga” que se salvan de la

vida. “La gallina de los huevos de oro” que demuestra que la

desmedida ambición lleva a la miseria total. Otras han sido

traducidas y leídas en todo el mundo.

Fue con Charles Perrault (1628-1703) cuando se abandonó el

ámbito propiamente oral para pasar al recreado en forma escrita.

Para ese tiempo fue publicado su libro de cuentos. Cuentos de la

madre oca (1697).

La literatura de tradición oral se caracteriza por no tener

autor. Esta se difundía de boca en boca y permitía que los

relatos se cargaran de emotividad, la creatividad y la chispa

personal de cada narrador.

Es la colectividad la creadora de estas satisfacciones de la

literatura.

Los cuentos de la madre oca están integrados por 8 cuentos

que se clasifican: “Barba azul”, “El Gato con botas”, “Riquete el

del copete”, “Las hadas”. Todos están escritos en prosa y cuando

fueron publicados en 1697, su título original era historia o

cuentos del tiempo pasado.

El mencionado escritor escribió tres cuentos en verso

“Griseldis”, “Piel de asno” “Los deseos ridículos”. Todos

inspirados en el acervo folklórico de su país.

Se puede decir que las obras de La Fontaine y de Perrault

eran para el niño francés alternativas ante los manuales

didácticos moralizantes y de gramáticas hechas para niños

Para las clases poderosas la literatura de tradición oral era

una literatura vulgar, eran cuentos de cocinero y de nodrizas.

Los cuentos de Perrault aportan un material extraordinario para

el mundo literario y sin proponérselo, para el propio mundo de la

literatura infantil. (Navas, 1995 p, 41).

El siglo XVIII fue una continuación de los valores del siglo

precedente en cuanto a la fiscalización y prescripción de lo que

el niño debe leer como lo que debe escribirse para él. Así la obra

de Madame Leprince de Beaumont (1711 -1780) fue una

representación de la corriente del siglo XVII como después del

siglo XIX, en 1757 publica el Almacén de los niños.

El hecho Leprince de Beaumont no trasciende en el mundo de

la literatura infantil por su almacén, sólo una de sus obras le

otorga vivencias dentro de la literatura: “La bella y la bestia”. La

bella y la bestia, se basa en una de las tantas versiones

populares, donde una hermosa niña se casa con un monstruo o

animal repulsivo que debe ser desencantado por la bella, la

bestia se transforma en un apuesto príncipe Rousseau (1712 –

1778) Este pensador francés y su obra fueron determinantes en

el desarrollo de la literatura francesa del siglo XVIII. Rousseau

publica en 1772, el Emilio. Una novela en la que queda pautada

todas sus ideas acerca de la educación. Emilio es un personaje

que representa al niño del siglo XVIII. En esta novela se critican

las fábulas y casi todos los libros para niños.

Este escritor pensaba que el niño debía aprender de su

propia experiencia en un fructífero contacto con la naturaleza.

Sin embargo algunas ideas de Rousseau no eran compartidas

por los pedagogos del “siglo de las luces” ya que algunas decían

“la literatura, el saber de su siglo, tienden más a destruir que

a edificar.

Daniel Defold (1661-1731) Jonathan Swift (1667 – 1747) Dos

títulos se deben destacar en el siglo XVIII inglés, ellos son: La

vida y extrañas sorprendentes aventuras de Robinsón Crusoe de

York Marinero (1719) y los viajes de Gulliver (1726). Sus

autores, Daniel Defold y Jonathan Swift, ambos no pensaron en

los niños cuando escribieron esos libros de aventura, pero los

niños se apropiaron y se continúan apropiando de ellos.

En el siglo XIX tenemos a los hermanos alemanes Grimm

Jacob (1785 – 1863) y Wilhelm (1786 – 1859). Los hermanos

Grimm son los grandes iniciadores del trabajo de recopilación de

relatos provenientes de la literatura de una raza, la identidad de

una nación y contrarrestar la penetración de la cultura francesa.

No estaban interesados en crear una literatura infantil.

En 1815 se publicó el segundo volumen. Ese fue el que

realmente gustó a los niños y fue traducido a diferentes idiomas.

Fue Wilhelm quien tomando el éxito del primer volumen, lo

transformó pero conservando la ingenuidad de lo popular, la

fantasía y la poesía, en su lenguaje más sencillo y literario. Así

luego al mundo de la infancia Hansel y Grette, Pulgarcito,

Cenicienta, Blanca Nieves, La Bella durmiente, Los siete

cuervos, El Sastrecito Valiente y los tres hermanos.

Hans Cristian Andersen (1805-1875). Los cuentos de

Andersen están llenos de poesía y ciento cincuenta y seis fueron

traducidos a casi mil idiomas. En su obra se encuentran entre

diez y doce cuentos que son recreación de la literatura de

tradición oral. Los otros son creaciones propias del autor.

Andersen representó a través de la palabra escrita los

efectos de oralidad en la escritura que sustenta la fascinación

del cuento popular y que es un elemento de construcción y estilo

que el texto literario puede convocar a un lector infantil.

Otro aspecto que resalta en los cuentos de Andersen es la

presentación de los temas en íntima mezcla de lo maravilloso

con lo real. Sus cuentos fueron clasificados como personajes de

fábulas: de plantas, de animales y de objetos.

El mencionado autor prefería sus cuentos de objetos, donde

éstos son los personajes: El encendedor, La aguja de zurcir, los

zapatos rojos, el cuello duro, la llave del portal, la tetera, los

trapos viejos, la alcancía y el cuello de la botella, otros. Este tipo

de cuentos ha sido de vigencia en la literatura contemporánea

Así llegó un momento en la literatura infantil donde se vence el

debate entra la realidad y la fantasía. En los cuentos de

Andersen la realidad y la fantasía se dan la mano.

El espacio donde se desarrollan los cuentos de Andersen, lo

real, lo cotidiano, geográfica e históricamente verificable. En

ellos nace lo maravilloso como consecuencia de una puesta en

escena que de forma tenue modifica las proporciones y la

perspectiva de este medio realista en que se sustenta el relato.

Lo maravilloso aparece debido a una textualización que de

manera sutil da lugar a una poetización de la textura del relato

en conjunto.

Andersen es el creador de un cuento nuevo. Inicia el camino

para la corriente realista e inaugura la dimensión ética en la

literatura infantil.

Julio Verne (1828 – 1905) fue una representación en Francia,

durante el siglo XIX, en materia de la literatura que leían los

niños. Este autor es heredero de la época romántica en la que

nace y esto se manifiesta en la fantasía de su obra. Se involucra

con el realismo científico de mediados del siglo XIX.

Esos dos elementos, fantasía y conocimiento científico,

son típicos en sus novelas. Todos los viajes de las aventuras

narradas por Verne, ya sea al fondo de la tierra o del mar, al

cielo en globo o en cohete espacial.

Las novelas de este autor han sido consideras por algunos

como literatura de ciencia-ficción, en las que puede verse la

condición premonitora del creador que se adelanta mediante la

imaginación y la ficción literaria a los acontecimientos ocurridos

en el mundo: De la tierra a la luna (1867), Viaje al centro de la

tierra (1864), Veinte mil leguas de viaje submarino (1860).



http://tesis.luz.edu.ve/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=1159

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